La “Cascada de Sangre” que Intrigó a los Científicos durante 100 años

Durante más de un siglo, científicos de todo el mundo han tratado de explicar el fenómeno de la cascada de color rojo en la Antártida.

 
 

El curioso fenómeno ocurre en la Antártida, en los valles secos de McMurdo, cerca del glaciar Taylor, que desemboca en el lago Bonney.

Además del fascinante espectáculo visual, la cascada también tiene otra característica intrigante: nunca se congela, incluso cuando las temperaturas alcanzan los -60°C.

Recién en 2017, luego de descartadas varias hipótesis, un equipo de investigadores desentrañó el misterio de la “Cascada de Sangre”.

 

Utilizando un radar, los expertos pudieron determinar que un aumento del nivel del mar ocurrido hace 5 millones de años inundó el continente antártico y generó un lago subterráneo de agua salada.

Con el tiempo, se formaron glaciares en el espejo del lago, que luego se separó del resto de la Antártida y permaneció intacto durante millones de años bajo más de 400 metros de hielo.

A medida que la masa de hielo crecía en la superficie, el salar se fue volviendo cada vez más salado, al punto que hoy en día tiene tres veces más sal que el agua de mar, factor fundamental para mantenerlo en estado líquido, ya que su temperatura se mantiene constante.

Además, al no entrar en contacto con la atmósfera ni con la luz solar, estas aguas no contienen oxígeno.

Finalmente, los investigadores descubrieron que el secreto del rojo intenso de las aguas radica en el altísimo contenido de hierro, que al subir a la superficie entra en contacto con el aire y luego se oxida.

El espectáculo de la Cascada de Sangre Antártica está reservado para unos pocos privilegiados, ya que solo se puede acceder al sitio en helicóptero o en algunos cruceros que navegan por el Mar de Ross.