La Ciudadela de Machu Picchu

Los secretos revelados de la increíble ciudad en las nubes construida por los Incas.

 
 

El Imperio Inca duró desde 1438 hasta 1533 y en su apogeo ocupó un área desde el norte de Chile hasta el sur de Colombia.

En 1911, el arqueólogo estadounidense Hiram Bingham encontró Machu Picchu y lo presentó al mundo y, desde entonces, este se ha convertido en uno de los lugares más emblemáticos del planeta.

Situada a 110 kilómetros de Cuzco, la capital de Perú, Machu Picchu sirvió como una mezcla de centro astronómico, lugar de culto y casa de campo del emperador Pachacutec, el noveno emperador inca, quien ordenó su construcción en el siglo XV.

 

Estaba escondido en una montaña escarpada, rodeada de picos más altos, en la zona de transición entre los Andes y el Amazonas.

Es una zona de muchas nubes, ocupando toda la cima de la montaña del mismo nombre, de 2.350 metros de altura, y debido a esto Machu Picchu quedó aislado de los conquistadores españoles.

Los expertos creen que el cerro era sagrado, debido a la peculiar geografía del entorno, rodeado por el río Vilcanota.

Una teoría dice que la montaña era parte de una ruta sagrada hacia el lago Titicaca, cuna de la civilización inca, según la mitología.

Detrás de Machu Picchu se encuentra la montaña Huayna Picchu, de 2.720 metros de altura, donde los incas construyeron un sendero hasta la cima, además de terrazas y templos.

Los incas ensamblaban enormes bloques de piedra sin mortero, utilizaban herramientas para pulir los bordes y armar rompecabezas.

Esta arquitectura es a prueba de terremotos: si la tierra tiembla, los bloques tiemblan y luego regresan a su lugar original.

Cómo transportaron los incas las rocas desde las montañas sigue siendo un misterio.

En la Plaza Sagrada se encuentran el Templo de las Tres Ventanas, el Templo Principal y la Casa del Sumo Sacerdote. Conectado al Intihuatana por una escalera, fue el centro privilegiado de observación celeste.

El Intihuatana servía para indicar los solsticios y equinoccios, basándose en las marcas de sombra realizadas por el Sol.

Intihuatana

Cuando alcanzó su punto máximo fue el solsticio de invierno (junio) y a partir de entonces los días se hicieron más largos, lo que sirvió para organizar los ciclos agrícolas.

El Templo del Sol era un observatorio astronómico. En el solsticio de invierno, el sol sale exactamente por un hueco en las montañas, iluminando la ventana del templo. En el solsticio de verano (diciembre), nace en la Puerta del Sol, desde donde se llega a Machu Picchu haciendo el famoso Camino Inca.

El suministro de agua estaba garantizado por un canal de 750 metros conectado a un manantial que alimentaba 16 fuentes interconectadas.

La zona urbana contaba con casas, templos, mausoleos y plazas, mientras que la zona agrícola contaba con terrazas y recintos para almacenar alimentos. Las terrazas se utilizaban tanto para el cultivo como para el drenaje del agua de lluvia.

Con un total de 106.000 m² de superficie construida, divididos en 250 niveles (40 de los cuales en el casco urbano), el complejo albergaba 172 edificios y 1.200 habitantes.

Las habitaciones donde se hospedó el Emperador Pachacutec cuando llegó a la ciudad se encuentran en el Sector Real de Machu Picchu, mientras que el Barrio Común era la zona donde vivían los trabajadores.

Antes de ser presentada al mundo, la ciudadela no era un misterio total, al menos no para los peruanos.

El arqueólogo Hiram Bingham llegó a Machu Picchu gracias a la ayuda de lugareños que lo conocían como Picchu, y en ese momento vivían allí tres familias.

Bingham quedó encantado con el descubrimiento, pero estaba en busca de otra ciudad, Vilcabamba, situada a 47 kilómetros al oeste, que fue el último refugio del emperador.

Con la confusión de Bingham, Machu Picchu terminó heredando erróneamente el título de Última Ciudad Inca.