
«Sí, los extraterrestres existieron», con este título definitivo comienza el astrofísico Adam Frank, de la Universidad de Rochester, el artículo que publicó en el New York Times.
No es que Adam Frank haya encontrado extraterrestres o platillos voladores. Lo que hizo, junto con su colega Frank Sullivan de la Universidad de Washington, fue un poco menos emocionante que eso: cálculos.
Pero, tras finalizar los cálculos, los dos ya no tienen dudas: «es muy poco probable que al menos otra civilización tecnológica, además de la nuestra, no haya aparecido en la historia del Universo».
El punto de partida de los cálculos de Frank y Sullivan es la famosa Ecuación de Drake, ideada en 1961 por el astrónomo Frank Drake para intentar determinar la probabilidad de que existan civilizaciones extraterrestres avanzadas que pudieran detectarse en otras partes del Universo.
La ecuación dice lo siguiente:

Que significa:
El número de civilizaciones extraterrestres en el Universo (N) es igual a la multiplicación de otros 7 factores. El primero (R*) es la tasa de formación de nuevas estrellas. El segundo es el porcentaje de estas estrellas que contienen planetas. El tercero es el número de planetas capaces de sustentar vida en cada una de estas estrellas. La cuarta es la fracción de estos planetas que realmente contienen vida. El quinto es el porcentaje de esa vida que ha desarrollado inteligencia. El sexto número es el porcentaje de esta vida inteligente que ha desarrollado tecnologías de comunicación que pueden ser detectadas. Y el séptimo es cuánto tiempo lleva esta civilización emitiendo señales que podemos detectar.
La ecuación invita a la reflexión, pero cuando Drake la formuló, no tenía mucha utilidad. Después de todo, de esos siete números, seis eran absolutamente desconocidos: sólo se conocía el ritmo de formación de nuevas estrellas.
Como sabemos, es imposible resolver una ecuación si no se conoce casi ninguna de las variables involucradas. Por eso siempre se citaba la ecuación de Drake, pero nunca resolvió nada. Los optimistas imaginaron que las variables tenían valores altos, mientras que los pesimistas pensaban que eran bajos.
Pero desde 1961 muchas cosas han cambiado. En aquella época no se conocía ningún planeta fuera del Sistema Solar y hoy se conocen más de 5.000 y cada día se descubren muchos más.
Los astrónomos ahora creen que hay planetas que giran alrededor de prácticamente todos los sistemas estelares: es decir, ‘fp’ parece estar cerca de 100 (el 100% de las estrellas tienen planetas). Otro número que parece bastante elevado es el ‘ne’: no hay forma de saber a ciencia cierta cuántos planetas orbitan cada estrella, pero todo indica que son varios. Y, a juzgar por los planetas encontrados hasta la fecha, entre el 20% y el 25% se encuentran en una zona donde la vida es posible.
A partir de estos números conocidos, Frank y Sullivan decidieron invertir el significado de la antigua ecuación. En lugar de utilizarlo para calcular cuántas civilizaciones extraterrestres hay, calcularon la probabilidad de que nuestra civilización fuera la única que surgió en el Universo.
El resultado es que esta probabilidad es increíblemente baja.
«A menos que la probabilidad de que una civilización evolucione en un planeta ubicado en la zona habitable sea de 1 entre 10 mil millones de billones, entonces no estamos solos», escribió Frank.
En otras palabras: es extremadamente improbable. Casi imposible.
Entonces debemos seguir buscando. La verdad está ahí fuera.