El Misterio de El Tajín

La antigua ciudad perdida permaneció intacta, protegida por la selva tropical.

 
 

Muchas ciudades perdidas han sido descubiertas por arqueólogos o exploradores, pero El Tajín, en el estado de Veracruz, México, guarda un misterio sin resolver.

El Tajín está situado en una meseta tropical y estuvo cubierto por la selva que lo mantuvo oculto y protegido hasta 1785, cuando fue descubierto por un funcionario del gobierno en busca de plantaciones ilegales de tabaco, pero solamente comenzó a ser excavado por arqueólogos en el siglo XX.

La ciudad comenzó a construirse alrededor del año 800 a.C. y estuvo habitada hasta el 1300 d.C. por una cultura desconocida, posiblemente influenciada por el pueblo olmeca.

 

Algunos arqueólogos creen que estas personas fueron los ancestros de los Toltecas o alguna rama de los Mayas. Otra evidencia sugiere que los constructores de El Tajín fueron los antepasados ​​del pueblo Huasteco, que aún vive en el estado de Veracruz.

En su apogeo, unas 20.000 personas vivían en El Tajín, la capital de un reino que dominaba gran parte del suroeste de México. La ciudad era rica y abarcaba importantes redes comerciales hasta 1300, cuando la ciudad fue invadida por un pueblo nómada conocido como los Chitimecas, que vivían en lo que ahora es el norte de México.

El Tajín fue parcialmente destruido y abandonado, pero fue conocido por los Toltecas y los Aztecas, quienes asociaron las ruinas con lo sobrenatural y el reino de los muertos, y luego de la conquista española la ciudad fue olvidada.

Hasta la caída de la ciudad, la plaza central, decorada con numerosas estatuas, se utilizaba como mercado, rodeada de pirámides escalonadas donde se encuentran los templos.

El edificio más importante de El Tajín es la Pirámide de los Nichos, con tres lados inclinados y un muro vertical, dispuestos en siete pisos de losas que parecen representar cuevas que simbolizan portales al inframundo.

Los expertos creen que esta pirámide alguna vez estuvo pintada de rojo y tenía una enorme estatua de una deidad en la parte superior.

En El Tajín se encontraron canchas de pelota, donde los competidores jugaban un juego de gran significado religioso, tradición también presente entre los Mayas, donde los perdedores del juego de pelota eran decapitados y sacrificados a las deidades.

La ciudad fue catalogada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en la década de 1990 y declarada Parque Arqueológico Nacional por el gobierno mexicano para proteger sus numerosas ruinas.

Hasta el momento, solo se ha investigado 50% del sitio.